Rurouni Kenshin es de los animes más recordados de los 90. Factores como la clásica ambientación, fantástica música y la violencia samurái, le valieron su puesto como referente del género. Y en especial conocimos a quién sería uno de los más legendarios samuráis: Himura Kenshin. En este artículo abordaré su aprendizaje y contextualización, comparándole con su principal contraparte en el anime: Shishio Makoto.
Se le llama villano a todo aquel que quiere evitar que el protagonista cumpla su deseo, ya sea porque busca lo mismo o porque interfiere con su visión de la realidad. La sombra del programa es la tumultuosa época del Bakumatsu de la dinastía Togukawa, por lo tanto su enfoque se plantea hacia lo segundo, la lucha ideológica.
Ambos están influenciados por figuras históricas: Himura está inspirado en Kawakami Gensai y Shishio en Serizawa Kamo. Esta influencia no se evidencia en sus ideologías sino en su figura, han sido implacables en acciones trascendentales, ganándose una figura como leyendas contemporáneas. Tal como en la serie, los dos son viejas historias para el resto de la población.
En la creación de personajes impera una regla al momento de diseñar al antagonista, mientras más parecido sea al protagonista peor será su choque. Desde el planteamiento del contexto se observan similitudes: fueron figuras claves en una guerra que no les beneficio, Himura termina profundamente trastornado y Shishio jura venganza al ser traicionado por sus jefes. De allí cada quién adopta su propia decisión y esta es la primera diferencia, Kenshin quiere proteger el presente que tanto le ha cobrado mientras que Makoto quiere dominarlo.
Como la visión de cada uno afecta al otro, el choque era inevitable… sin embargo este enfrentamiento es imposible en el primer tramo de la obra debido a que Himura no está a la altura. Debido a las secuelas de la guerra, su actitud es inconscientemente autodestructiva, desea morir escudándose en el deseo de estar protegiendo al débil y desamparado. Este punto es importante, porque en toda buena relación de contrapartes, el protagonista aprende a través del adversario.
Himura se da cuenta de su falta de nivel en el primer enfrentamiento contra Seta Sojiro. El resultado le lleva a la búsqueda de poder y técnica para finalmente ser el catalizador de la lección más importante, la importancia de su propia vida. Así no sólo ve a Shishio como un formidable y temible enemigo sino cómo una predicción de lo que podría haberse convertido.
Entonces ¿Shishio solamente es un triste reflejo de la locura en la figura del héroe? En absoluto, antes cumple con otra característica del buen escribir, su personalidad es tan compleja como el protagonista. Varias veces se confunde ser despiadado con ser inhumano, Shishio está erróneamente asociado a la segunda actitud. Tiene preocupación por el bienestar del otro, pero su ayuda se manifiesta de formas más particulares, da empujón para sobrevivir más no interfiere, tal como el “rescate” a Seta Sojiro.
Correspondiendo al buen villano, él está convencido de seguir el camino correcto, su ideología no es fatalista o “edgy”, sino capitalista. Debe sobrevivir el más fuerte, y nadie está en posición de contradecirle utilizando argumentos, si se quiere refutarle debe ser a su manera, por medio de acciones. De aquí partimos a la lección del programa.
Himura en el momento del enfrentamiento está convencido de su ideología, más sabe que esta no es absoluta. La obra evita el sermoneo e invita a la reflexión particular, tal como le dijo a Seto, viaja, vive y halla tu propia verdad.
Finalmente así llegamos al choque, ninguno está equivocado, son distintas perspectivas que necesitan superponerse una de la otra. El terreno es de las acciones y ambos están dispuesto a darlo todo. La batalla es encarnizada y según se desarrolla cada quién impone sobre el otro su perspectiva del mundo, más que triunfar quieren dar a entender a su contrincante lo errados que están. El ganador es Kenshin, y no por una superioridad física sino porque hace caer a Shishio en su propia consecuencia, este es demasiado débil para su propio poder, no merece sobrevivir.
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Así lograron desmarcase del resto de luchas, aquí sus ideales y búsqueda no se reduce a términos tan vagos y simples como “Bien Vs Mal”. El enfrentamiento es legendario y consagra a la obra. Y todo se lo debemos a dos personajes magnético, bien definidos y que son contraste el uno del otro, la gran leyenda de Himura es gracias a la larga sombra de Shishio.