He decidido extender la serie de artículos acerca del Slice for Life y así abandonar la rígida estructura que le tenía asignada. Justificado bajo la imposibilidad de lograr mantener un plazo fijo de tiempo entre reportaje y reportaje, además es una medida que reconoce la basta riqueza del género, la cual no se puede abarcar en 5 o 6 análisis. Será más acertado referírsele a esta serie como un compendio de artículos escritos alrededor del género.
En esta nueva entrega quiero centrarme en una de las técnicas narrativas más importantes y que no suele ser correctamente reconocidas del género. Me refiero al código dramático. Ampliamente descrita por John Truby en su libro “Anatomía del Guion” donde se le define como “La descripción artística de como una persona puede crecer o evolucionar”, basada en cómo el método del crecimiento sólo se alcanza a través de la búsqueda del deseo, implicando conflicto y carga dramática.
Por esa inferencia no se suele reconocer la existencia del código dramático dentro del género. El Slice for Life carece del conflicto tradicional (el físico) pero esto no quiere decir que también carezca de deseos, evoluciones, desarrollos y cambios, de hecho, es uno de los géneros más ideales para la germinación de historias capaces de contener todo el arco alrededor de un personaje, acentuando cuáles han sido sus diferencias del final respecto al inicio.
Todos los programas a los que le dedicado un reportaje utilizan esta técnica (Nichijou, Suzumiya, Haibane, Lucky Star), introducen un deseo y en el afán de cumplirlo sus personajes van cambiando. Eso sí, en Lucky Star hay múltiples deseos según varia el sketch, en Nichijo mientras viven van descubriendo que desean, Haibane Renmei trata sobre un único deseo y Haruhi es Haruhi. Para explicar de forma completa cómo funciona el código dramático, especialmente para el Slice for Life, utilizaré a un anime del que quería escribir desde hace un tiempo, uno de los mejores de la década.
Hibike! Euphonium es una adaptación de la novela homónima del estudio (rey del género) Kyoto Animation. A la fecha cuenta con 2 temporadas emitidas en 2015 y 2016, ambas con 13 capítulos y está en producción de una película que será el final. Su equipo es de los más sólidos posibles, resultado del excelente staff con el que cuenta el estudio. El director es Tatsuya Ishihara, un talento perteneciente al estudio, dirigió Air, Chuunibyou, Clannad, Nichijou y por si fuese poco, participó activamente en la producción de K-ON! y Suzumiya Haruhi, además de codirigir la película de La Desaparición de Suzumiya Haruhi con Yasuhiro Takemoto.
El guionista encargado de la adaptación es el muy reconocido Jukki Hanada, ha participado en Chuunibyou, K-ON, Nanatsu no Taizai, Kyoukai no Kanata, Steins Gate, Love Live y recientemente ha participado en a Place Farther tan Universe y Yagate Kimi ni Naru. Cuanto menos es notable su versatilidad para desempañarse en diversos géneros. Sus trabajos más populares utilizan el código dramático y por lo tanto, explorar su uso en Hibike permite identificarlo en el resto.
Hibike! Euphonium es una obra con alta carga dramática, precisamente a que utiliza el código dramático diversas veces a lo largo de la serie, eso le adquiere una atmosfera más pesada que el estándar del género. Podría definir cada uno de estos arcos, pero quedaría bastante extenso y sería redundante, así que me concentraré en el conflicto entre Nozomi y Mizore de la segunda temporada, porque es mi arco favorito de la serie y quiero hacer publicidad a la película donde ellas dos serán las protagonistas (en el último párrafo me referiré a ello).
Conocemos a Mizore sólo de vista durante la primera temporada, debido a que no tiene ninguna participación relevante y lo único que sabemos es de su participación en la sección de instrumentos de viento tocando el oboe. Durante el primer capítulo de la segunda temporada le realizan la introducción apropiada, Kumiko la conoce por mera casualidad, guiada por la curiosa impresión de una chica callada, cerrada, que parece obstinada a la vez que poco dedicada al auténtico esfuerzo, decide prestarlo atención, actitud reforzada por las múltiples situaciones relacionadas sucediendo a la vez.
El análisis realizado por Oumae es ideal para conceptualizar algunas de las dimensiones de Mizore, la más importante es que pese a la dedicación invertida al Oboe sigue sin tocarlo con la fuerza que se supone debería ser capaz, una contradicción de esfuerzo vs resultado. La actitud de chica callada se quiebra un poco cuando Kumiko es consciente de la cercanía de esta con Yuuko, e inclusive el aura de imperturbabilidad se desploma al verla completamente afectada por el sonido de una solitaria aunque preciosa flauta. El capítulo logra asignarle dimensiones y además hacernos dudar de su caracterización para así adentrarnos un poco más en su verdadera personalidad.
Justamente esa escena brinda el toque final al otro logro del episodio, la formalización de la relación que servirá como roce para aplicación del código dramático y por lo tanto del avance de la trama. La relación entre Nozomi y Mizore.
Nozomi también tiene su introducción en este primer capítulo, asimismo a través de la casualidad. La percepción acerca de ella es más rica por las numerosas actitudes que manifiesta, una petición para ser reintegrada al club, dedicación al tocar la flauta y especialmente la perseverancia de insistir en su reingreso. Su personaje no tiene la misma cantidad de dimensiones, personalidad vs caracterización o contradicciones que tiene Mizore, en cambio nos brinda el elemento fundamental para el funcionamiento del código dramático, el deseo.
El deseo es el objetivo del personaje, su razón de lucha y fruto de la inversión del esfuerzo, en su búsqueda nace el conflicto porque interfiere directamente con el deseo de otros. Nozomi quiere ser volver a pertenecer a la banda y es constantemente rechazada por Asuka, un proceso que ejemplifica completamente al concepto descrito, la pregunta recaería en ¿A quién afecta el deseo de Nozomi?
La principal sospecha sería la recurrente pelea del año pasado donde fue una de las principales participantes y que por lo tanto afectaría a la moral de la banda. Sin embargo, la existencia del flashback y las pocas frases que conversa Yuuko con Nozomi indica un problema que está relacionado a la pelea pero es más profundo, una sospecha rectificada en el estado visiblemente afectado de Mizore con el sonido de la flauta.
Todo este planteamiento lo realizan solamente utilizando el primer episodio, que si bien cuenta con la ventaja de alcanzar los 40 minutos sigue sin ser desdeñable el notable esfuerzo en alcanzar una base sólida sobre la cual trabajar (recordemos que no sólo trataron esta relación). Ha sido presentado un deseo, un conflicto, queda a deber cuál es la profundidad del conflicto y cuál es de forma precisa, el otro deseo involucrado.
Durante el segundo episodio Kumiko conversa con Nozomi, capta que su deseo nace de la necesidad de volver a ayudar a la banda en retribución de su renuncia en el año anterior, una actitud que despierta empatía por la aparente nobleza que expide. Su declaración deja entrever más detalles como el no contarle de su partida a Mizore (resumido en media imagen), la admiración y necesidad de rectificarse ante Asuka, el desconocimiento de cuál será la naturaleza del otro deseo que interfiere con el cumplimiento del suyo.
Recordemos que Kumiko está viviendo su propio desarrollo como personaje, donde busca el cambio utilizando el esfuerzo, por eso resulta coherente su promesa de preguntarle a Asuka la verdadera razón detrás del continuo rechazo a la petición de Nozomi.
Igualmente Mizore tiene su espacio durante el episodio, durante su conversación con Oumae su dimensión crece porque revela su desprecio hacia las competencias, detalle incoherente a la aparente meta detrás de sus largas jornadas de práctica, a no ser que su dedicación nazca de otra causa, una vieja promesa que tiene más peso durante el presente (revelado en la otra mitad de imagen).
El tercer capítulo revela cuál es el deseo que afecta la determinación de Nozomi, más que un deseo es una actitud proteccionista de Asuka y Yuuko. Se debe a la incomodidad de Mizore frente a la presencia de Nozomi, este giro ya se venía planteando desde el primer capítulo, la auténtica importancia de la revelación es concluir acerca de la dificultad de resolver la problemática. No puede tratarse de forma directa a menos que sean confrontados sentimientos y percepciones.
Kumiko también se vuelve perceptiva acerca de la consideración de sus compañeras hacia Mizore, que podría calificarse como una medida para conservar el buen estado de la banda aunque también indican los constantes esfuerzos para evitar que Mizore se vea emocionalmente afectada. Este status quo claramente tiene que cambiar por el bien de ambas, el conflicto debe pasar hacia la fase de la confrontación.
El choque ocurre durante el capítulo 4 originado en otra casualidad, a la vez que estaba predestinado. Nozomi quiere hablar con Mizore, ella al darse cuenta sale corriendo dejando desconcertada a Kazaki. Kumiko encuentra a Yoroizuka refugiada en un salón. Intentando averiguar qué le pasa, se revela el tercer deseo activo en el conflicto, la intención de Mizore de evitar cualquier tipo de contacto con Nozomi. Originado en el temor de reconocer que la partida de Nozomi de la banda implicaba que dejarla a ella sola fue una decisión influenciada por la indiferencia, concluyendo que Nozomi no ve como una amiga importante a Mizore.
Recordemos que Mizore es de personalidad fuertemente introspectiva, por lo tanto tal como ella revela, la amistad que sostenía con Mizore es el pivote que le brindaba estabilidad. Su deseo es en sí mismo una contradicción, porque quiere evitarla a la vez que quiere que vuelva a ser su preciada amiga. Nozomi desconocía que había logrado tanto alcance con su compañera y no puede evitar sentirse culpable, ambas finalmente se reconcilian después de expresarse con el corazón.
Esta es la traducción escrita de la escena, pero auténticamente ¿Qué ha pasado? El choque entre los 3 deseos se debe a un malentendido que creció gracias a la personalidad de Mizore, eso sí, parte de la culpa la lleva la indiferencia (e irónicamente preocupación) de Nozomi. Ambas tienen un momento de cambio.
El cambio en el código dramático se define cómo el impacto cuando una persona rompe su pasado. En el caso de Mizore al preguntarle “¿Por qué?” a Nozomi, está luchando para lograr superar los numerosos prejuicios y nociones que ha construido desde su partida. Sea cual hubiese sido la respuesta, el cambio se hubiera producido, porque rompería con las cogniciones que tenía como constantes.
El cambio de Nozomi se debe al reconocimiento de su pasado, tener más claro hasta donde alcanzó sus palabras, crear un compromiso hacia el futuro. El arco logra tener más importancia narrativa al afectar el resto de personajes, Yuuko reafirma que ciertas relaciones sin importar el tiempo siguen siendo inquebrantables, Kumiko aprende que hay razones para el esfuerzo más allá de alcanzar una victoria y Asuka reconoce la importancia del diálogo. Estas lecciones tendrán peso en el resto de episodios.
No obstante, el código dramático está completo cuando se hace evidente el cambio. Nozomi finalmente entra en la banda, su relación con Mizore se reestablece y finalmente el Oboe logra alcanzar el grado de excelencia que los maestros le indicaban era capaz de alcanzar.
Desentrañando el arco se ha logrado representar cuáles son los detalles detrás de su funcionamiento, para finalizar en un importante consejo. El escritor no crea las situaciones, son los personajes que al actuar, interactuar y reaccionar terminan generando conflicto, la labor del escritor es construir personajes definidos e interesantes y asignarles un deseo, ya verá como el conflicto orgánicamente se va creando.
Los personajes de Hibike! Son cuidadosamente introducidos, les presentan con una personalidad definida y asignan un deseo. Es lógico que el conflicto encuentre diversas vías de desarrollo, sólo se necesita del contacto de dos personajes y el roce sucederá.
La segunda temporada es magistral por el uso tan cuidadoso y denso del código dramático, le utilizan 3 veces y en cada arco las consecuencias van tomando una trascendencia cada vez mayor. Admiro el arco de Nozomi y Mizore por sus deseos sinceros, empáticos e identificable, esta es una de las razones por las que espero con tanta emoción la película de Liz and the blue bird.
Una obra spin off que sólo se enfocará en la relación entre ellas dos, dirigida por mi directora preferida, Naoko Yamada. Los tráileres ya dan aviso de una fantástica película, bellamente animada, gloriosamente sonorizada y mágicamente dirigida. Es la obra por la que tengo más hype del año, sin duda, y todo nace de estos particulares 4 episodios, donde me enamoraron contándome la historia del solitario, hermoso pero incompleto oboe, que necesitaba a su fiel compañera, la flauta, para tocar la más preciosa de las melodías.
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